Hoy nos levantamos con la triste noticia de la adjudicación de la Caja del Mediterráneo al Banco de Sabadell por un mísero euro. La Caja que tanto, y entre tantos, costó levantar para que sirviera de estímulo al ahorro del trabajador alicantino, la de todos nosotros, tengamos o no nuestros ahorros en ella, acabó siendo prostituida (nunca mejor dicho) al ladrillo. La Caja de Eleuterio Maisonnave, de Antonio Ramos Carratalá y por desgracia, la de todos aquellos que antepusieron su lucro personal sin límite al verdadero fin de nuestra Caja...
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