Casi al tiempo que se cumplen 25 años de la salida de Windows 1.0, confirman lo que Ozzie explica en su testamento (Microsoft debe preparse para un cambio ineludible y que llevará al fin del ordenador personal tal y como lo conocemos hoy en día) y que muchos no nos imaginamos de otra forma: la evolución hacia un dispositivo multifuncional y cambiante conectado permanentemente a la red y recogiendo servicios y contenidos de la nube. Seguirán existiendo ordenadores, pero con funciones cada vez más marginales en favor de teléfonos, tablets...
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