Esta alteración es rara, pero no tanto: se da en 1% de los que poseen genitales ambiguos, lo que a su vez se presenta en uno de cada 5500 bebés. En este caso tenía cromosomas femeninos XX, y ovario, trompa, útero y vagina a la izquierda, y un testículo a la derecha. Lo habitual en este caso es extirpar el testículo y dejar el desarrollo como niña, pero aquí fue al revés por petición familiar. Le reconstruyeron un pene con mucosa vaginal, y dicen que será masculino pese a sus cromosomas, porque genera andrógenos. Incluso podría ser padre.
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