Ono está preparando un expediente de regulación de empleo (ERE) que podría afectar a 1.100 trabajadores, el 25% de la plantilla. Con esta medida, la cablera espera reconducir su estructura operativa, sobredimensionada tras la adquisición de Auna, y disminuir los gastos para poder hacer frente a la enorme competencia que suponen las operadoras de ADSL. Las delegaciones que se verán más perjudicadas serán las de Madrid, Barcelona y Valencia, donde cientos de personas perderán su puesto de trabajo.
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