Olvidamos hasta...nuestro propio nombre

Esta frase, dicha por Gollum al principio de El Retorno del Rey www.youtube.com/watch?v=ztWMJ1PztaY me vino a la cabeza ayer cuando una persona me hizo las clásicas preguntas sobre cuál es mi libro favorito o la obra de teatro que más me ha gustado. Me costó mucho responder, y me di cuenta de la infinidad de cosas que he olvidado a lo largo de mi vida. Cientos de libros, películas, experiencias...que ya no están en mi cabeza. Desde hace casi 8 años me paso las semanas pensando a todas horas en el trabajo y haciendo tareas relacionadas con él. Y cuando tengo un momento libre, me resulta difícil pensar en cómo ocuparlo e idear una actividad atractiva.

Es como una atrofia mental que te lleva a olvidar tu identidad y centrarte exclusivamente en la actividad productiva, pensando de forma veloz y compulsiva sin que tu cerebro pueda relajarse y limitarse a explorar relajadamente lo que tiene alrededor. Es una incapacidad para detener la mente en un recuerdo o una idea que te cueste encontrar, porque el mantra de "no hay tiempo que perder, los plazos corren" te sigue persiguiendo hasta en tu tiempo libre. Es el temor a no acabar encontrando el recuerdo o la idea, sintiéndote estupido o más vacío aún, en un contexto donde la convicción de que eres estupido te persigue y te aterra confirmarla, pues te privaría de la energía elemental para continuar.

Cuando reparo en lo rápido que estoy olvidando y lo deprisa que está muriendo la creatividad que pudiera tener, llego a plantearme si alguna vez la tuve. Cuando la monotonía y el estrés te invaden durante muchos años, llegas a dudar sobre si tu vida fue siempre así o hubo un pasado distinto. Y con el tiempo puedes llegar a olvidar tu propio nombre, resignándote al presente y llegando a pensar que el pasado nunca fue distinto. Y la costumbre, unida al cansancio por el trabajo, llega a hacerte preferir los muros de tu celda a la incertidumbre del exterior ¿Sabéis de lo que hablo? Si es así ¿Cuál es vuestra experiencia con ello? ¿Cómo conseguís retener vuestra identidad frente a la máquina en que todos corremos el riesgo de convertirnos?