El caso de Aisha, desfigurada por su marido, desata una polémica en EEUU sobre el papel de las fuerzas extranjeras en Afganistán. Los aliados y Karzai quieren ahora dialogar con los talibanes. Aisha, de 18 años, fue desfigurada porque intentó huir de la familia que la trataba como una esclava. Le cortaron la nariz y las orejas en nombre de una supuesta tradición pastún que permite a los hombres, embrutecidos por 30 años de guerra, cometer cualquier tipo de barbaridades.
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