La población reclusa de origen extranjero crece muy por encima de la evolución de los presos españoles. Sólo en el primer cuatrimestre del año, este colectivo ha aumentado en 1.111 miembros frente a los 945 nacionales. O lo que es lo mismo, nueve extranjeros entran en la cárcel cada día por tan sólo siete españoles. En los últimos ocho años, el número de foráneos encarcelados ha crecido un 300% mientras que el de internos locales ha subido un 24%.
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