Este “kit casero”, llamado LENABaby, consta de una grabadora digital que graba hasta 16 horas de audio del niño. Tras enviar la grabación a la fundación LENA el software se encarga de analizar los datos. “A grandes rasgos, los niños autistas vocalizan de forma distinta al resto de niños” explica Dongxin Xu. “La intervención es más efectiva cuando el niño tiene de dos a cuatro años” afirma Jill Gilkerson, director de investigación de lenguaje infantil en la Fundación LENA. Más en inglés:
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