Rich y Kayle Brandon, que administran el bar de un cine cultural en Bristol, rechazaban vender Coca-Cola porque están en contra de las prácticas económicas y ambientales de la empresa que produce la bebida más popular del mundo. Así que decidieron hacer su propia coca-cola. Luego de varios meses de experimentar, lo lograron. Ahora venden un kit para el que quiera, produzca en su casa su propia gaseosa, evadiendo a la multinacional. “No fue fácil. Ahora la fórmula se publica en internet pero cuando nosotras la buscamos, no estaba en ningún lado"
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