A partir de la colocación del implante, que puede ser utilizado tanto en niños como en adultos, la vida del paciente cambia, porque comienza a ser capaz de oír en un lado de su cabeza que anteriormente no percibía sonidos. Tal como sucede en el campo de la implantología oral, el camino de la oseointegración -comenzado en 1950 por Per-Ingvar Bränemark- favorece, en el área de la otorrinolaringología.
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