[...] el sistema de bienestar debería saber encontrar el adecuado equilibrio entre cubrir a quien lo necesita e incentivar al que puede hacerlo. Y hoy no lo estamos consiguiendo. Conseguimos el efecto conrario. Como un padre excesivamente protector convertimos a nuestros ciudadanos en niños ultraprotegidos incapaces de dar el salto, crear riqueza, asumir riesgos y generar una casta de personas capaz de cambiar el sistema productivo. [...] La promesa del empleo para toda la vida genera una falsa ilusion. [...]
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