Anoche se produjo una gran noticia televisiva. Que digo una gran noticia… ¡un notición! Telecinco emitió una producción propia que no daba arcadas. Que no revolvía los intestinos, que no daba vergüenza ajena. Que se podía ver. Es decir, una producción propia sin fulanas, chulos y proxenetas. Sin cotillas, musculistas, vividores o periodistas sensacionalistas. Un trabajo digno, para que ustedes me entiendan. Esa milagrosa excepción se llama 'La ira', y es una miniserie de dos capítulos dirigida por Daniel Calparsoro.
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