Las guerras consisten en matar y morir. Esto las convierte en asuntos apasionantes, que rozan lo metafísico. Cuando se trata de combatir sobre el terreno, no hay guerras tecnocráticas, limpias y ecuánimes, libradas en el campo de batalla con la Convención de La Haya sobre Guerra Terrestre en la mano. Si hay que elegir entre cometer un crimen de guerra o morir, los soldados no se lo piensan mucho. Tampoco pueden dejar de odiar a quienes quieren matarlos, lo que hace más fácil matarlos primero por precaución.
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Estoy seguro de que si este planteamiento se generaliza se evitarán muchas guerras, y las que haya quizas acaben mejor de lo esperado para los soldados.
Las verdaderas gestas de los soldados son evitar la guerra, es decir, los ciudadanos antes de convertirse en soldados deben evitar votar a los belicistas.
Por cierto, sí se intenta, pero el lobby no lo apoya.
www.epe.es/es/deportes/20211224/partido-futbol-paro-primera-guerra-130