Entendemos que las personas de condición homosexual “deben ser acogidas con respeto”, y en este sentido “es de deplorar con firmeza que dichas personas hayan sido y sean todavía objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas. Tales comportamientos merecen la condena de los Pastores de la Iglesia -y de cualquier cristiano-, donde quiera que se verifiquen. Relacionada
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