Cuando me planteé que quería ir a Noruega de vacaciones lo hice sin mucho conocimiento de causa. Sonaba tan bien: NO-RUE-GA. Sin embargo, cuando me puse a planificar el viaje me di cuenta de una cosa: Noruega, para un español y en general para cualquier europeo no escandinavo, es cara. Por tanto tuve que dedicar bastante tiempo a pensar lo que quería para no gastar un dinero que, independentiemente de que se tenga o no se tenga, puede ser excesivo por lo que se obtiene. Ahora, tras haber ido creo que puede ser útil contarlo.
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