Nunca ha sido más necesaria la celebración del Orgullo. Pero no como un negocio para cuatro espabilados que se están lucrando con la marca "gay", no como una celebración del gaypitalismo que tanto fomentan asociaciones como la Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y Lesbianas (AEGAL), no como una cita con el consumismo, no como una verbena alienante que impone un modo único de ser gay, sino como celebración del espíritu de Stonewall, una cita que refuerce el sentido de comunidad frente al de consumidor.
|
etiquetas: orgullo , gay