Tened por seguro que tomamos esto por lo que es: un pulso entre miedo y conciencia. Pero si hemos aprendido algo de los errores del presente y del pasado es que ya va siendo hora de que prevalezca la conciencia. Así que seguiremos allí: en las plazas, en las manifestaciones, en donde haya que estar para frenar un modelo sin corazón que se olvidó del ser humano hace ya varias décadas pero que, hasta ahora, al menos lo intentaba disimular. Seguiremos allí aunque nos amenacen. Seguiremos allí aunque nos detengan.
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