Los alemanes ya jugaron con fuego en los años 30. Se lo tomaron con ligereza, sin pensar que poner un papel en una urna podría engendrar el horror que más tarde verían. Esto es serio, no una mera representación teatral pintoresca y resultona. Como advertía Hanna Arendt, la sinrazón y la represión surgen fácilmente cuando se banaliza el mal. Por favor, votad con responsabilidad.
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