Los 170 restos humanos encontrados eran en realidad huesos de animales, salvo tres, que correspondían a hombres muertos hace cientos de años; el cráneo que desencadenó las especulaciones era un trozo de cáscara de coco; los grilletes eran viejas piezas de metal oxidado; las celdas secretas no eran más que agujeros en el suelo; la bañera de los horrores era una pica que se utilizó por última vez en 1920. Y no había sangre, porque ni hubo niños muertos ni había una cámara de los horrores en el orfanato de Haut de la Garenne, en la isla de Jersey.
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