La persuasión funciona si la persona no se da cuenta de que la están persuadiendo: nos manda el reptil en nuestro interior, pero uno prefiere pensar que piensa. Lo explicó aquí Joachim Gauck, resistente contra la Stasi: "La mayoría de los alemanes se acomodó a Hitler y a Stalin por cobardía". Y lo vivimos con Franco. Ahora, Renvoise sistematiza esos grandes porqués de la conducta humana ya demostrados por los neurocientíficos: somos seres dolientes, miedosos y egoístas, que a veces piensan para excusar con ideologías lo que hacen por instinto.
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