Por qué no deberíamos aplaudir las operaciones policiales contra la droga

La Policía Nacional sacaba pecho ayer en las redes sociales tras aprehender 11 toneladas de cocaína en una operación internacional con cientos de detenidos. “Se pasaron de la raya”, bromeaba el CM de la policía en Twitter, donde se exhibía un vídeo con el impresionante cargamento incautado: 11 millones de gramos, poca broma.

Sin embargo, hay un sucio secreto que los policías de todo el mundo el mundo conocen: no importa cuán impresionantes resultan las incautaciones, no van a cambiar un ápice el suministro de drogas. Estas operaciones no solo nunca logran disminuir el suministro de drogas, sino que aumentan activamente la violencia, según advierte Neil Woods, antiguo agente anti-drogas en la policía británica y actualmente miembro de Leap Europa, una organización de ex policías que cuestionan la fracasada ‘guerra contra las drogas’:

www.youtube.com/watch?v=dm-BWHnJtxA&t=2s

En palabras de Woods:

«Si sacas a un importante narcotraficante del mercado, lo único que haces es instigar una guerra de territorios, y en esta guerra son los criminales más violentos y despiadados los que llegan a la cima. Esta es parte de la razón por la que las bandas de drogas ahora explotan a los niños. Incluso la Agencia Nacional del Crimen de Gran Bretaña, la versión británica del FBI, reconoce que este enfoque no funciona. Mientras haya una base de usuarios dispuesta a gastar millones y millones de libras en drogas, tendremos un problema con las drogas ilícitas en este país. No podemos salir de esto solo con arrestos, necesitamos abordar los factores detrás de ello». 

Volviendo al caso de la operación de los 11 millones de gramos, puede que los precios suban y la calidad merme durante la blanca Navidad pero es cuestión de tiempo que otros grupos criminales acudan a satisfacer la insaciable demanda de cocaína. La prueba fehaciente de esta eficaz estrategia es que el precio de la cocaína no ha crecido, o incluso ha disminuido, en los últimos 25 años mientras su calidad no ha dejado de aumentar, como la propia policía sabe perfectamente.

Éxitos que saben a fracaso.