Franco lo dejó atado y bien atado. Cada día, un grupo de niños “bien adiestrados” cantarían en la basílica del Valle de los Caídos para dar mayor solemnidad a las misas por los muertos “de la gloriosa cruzada”. Así lo quiso Franco y todavía nadie ha cambiado el rumbo de sus designios.
|
etiquetas: ley memoria histórica , valle de los caídos , coros , franco