De ser un niño de Galdakao, conocido por sus familiares y amigos, ha pasado a convertirse en el protagonista de periódicos, televisiones y programas de radio. Ha llenado páginas en Facebook y ha recibido muestras de solidaridad de todo el mundo. Además, su historia acaba bien, como en los cuentos, y no porque fuera fácil. Ibai pasó de ser un niño normal a necesitar cinco órganos para vivir. Día a día, ha ganado la batalla a la enfermedad y ahora, cinco meses después, por fin vuelve a casa recuperado.
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