A un ultramarinos se va a comprar, pero sobre todo a participar en la tertulia. Además, hay un gran respeto al orden y la ley que guardan con celo sus ninjas. Había tres motivos de bula para no guardar la vez: llevar puesto el uniforme del trabajo (la bata de boatiné y el pijama debajo no lo considerábamos uniforme laboral sino ‘casual outfit’). El uniforme tenía que demostrar que perteneces a un gremio que se ensucia y por tanto trabaja mucho, como pintor, albañil o agricultor.
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