La niña de 16 meses hallada muerta este jueves en una balsa de agua en Fiñana (Almería) falleció de un golpe en la cabeza tras haber permanecido con vida durante varios días, cautiva de Jonathan Moya González, de 25 años, un delincuente habitual que se solía hacerse pasar por policía para cometer estafas, según fuentes conocedoras de la investigación. La menor fue hallada en el fondo de la balsa, de unos seis metros de profundidad, después de que el presunto secuestrador se derrumbara y confesara tanto la muerte de la niña como su paradero.
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