Una niña británica de dos años puede perder su ojo izquierdo si no remite la infección que padece. La pequeña estaba jugando con otros menores en un parque infantil en la localidad de Manchester cuando cayó sobre un excremento de perro. Tras el resbalón, la pequeña se limpió con las manos sucias su ojo lo que provocó que éste se le infectara y comenzara a hincharse y a ponerse morado. Los médicos no descartan que pueda perder la visión si la infección no desaparece.
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