La sobrecarga de información está muy arraigada en nuestra vida cotidiana. En los últimos 20 años la cantidad de información de fácil acceso a la pelma común ha multiplicado por diez. Internet es, por supuesto, el mayor catalizador de este desbordamiento de conocimiento potencial y la tecnología se ha adaptado para hacer más fácil la absorción. Conexiones de alta velocidad, navegación por pestañas y varios monitores están de moda en estos días, pero están lejos de los primeros inventos.
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