No es hijo de la generación MySpace. Iván Castell tiene 31 años, 10 más que todos aquellos que han crecido bajo el influjo de las redes sociales e Internet. Poco importa. Porque ha sabido exprimir al máximo las oportunidades de ese medio. "Hay dos maneras de mover un corto: por el canal tradicional, es decir, estrenarlo en una sala para unas pocas personas y presentarlo luego a festivales. U optar por Internet".
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