A pesar del plan del Ministerio de Salud de vacunar a millones de personas para frenar la epidemia de fiebre amarilla, muchas zonas pobres del país son sistemáticamente ignoradas de la campaña. Para enmendar el abandono del sistema público de salud a los suyos, el narco Thomas Vieira se presentó con varios de sus hombres en el centro de salud municipal e “invitó” a dos enfermeros a acompañarlos a la favela.
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