Del 'Prestige' ya no se salva ni el museo del alemán de Camelle (A Coruña). Y es que la obra de un ciudadano alemán atesorada en una esquina de la gallega Costa da Morte que logró salvarse in extremis del chapapote del buque siniestrado no resiste el paso del tiempo y agoniza entre la indiferencia de las autoridades. Todo comenzó en 1961 cuando Manfred Gnädinger eligió Galicia para quedarse y convertir uno de sus lugares más agrestes en un museo dotado con fondos que él mismo conseguía fruto de su ingenio y de su trabajo laborioso.
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