Cuando llamaron al artista local Richard Barrenechea para que se ocupara de la realización de esa imitación, le explicaron que su objetivo era que su hijo, ya adulto, no se perdiera de vuelta a casa en el caso de que su trastorno empezara a afectar a su contacto con la realidad. Ahora la pareja tiene que abonar 100 dólares de multa diaria hasta retirar por completo dicha recreación de su fachada porque, según las autoridades de Florida, se violan las normas del graffiti.
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