Ahinoa García ha sido una de las primeras ciclistas afectadas por los cambios en la ordenanza de circulación de Valencia. Dejó la bicicleta aparcada junto a una farola debajo de su casa ante la falta de aparcamiento de bicis cercano y cuando bajó se encontró con un eslabón de su candado de más de 40 euros roto en el suelo. "Lo primero que pensé fue que me habían robado el medio de transporte", dice, pero enseguida se dio cuenta de la pequeña pegatina que había en el suelo, indicando que su vehículo había sido requisado por la policía.
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