Lleva más de 30 tejiendo en Valencia jerseys de lana para niños huérfanos sin recursos de países del Tercer Mundo. Herminia Acosta perdió la vista a causa de un desprendimiento de retina en 1968. Se levanta a las cinco de la madrugada y costea el material que emplea con su pensión. Para la elección de los colores de la lana y la confección de las prendas la anciana cuenta con la ayuda de su familia, que le supervisa el trabajo. El último envío que hizo fue de 15 suéters hace un mes a Ghana, en Africa.
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