Policarpo Sainz murió ayer en Valdecilla a los 79 años tras una larga enfermedad y su funeral se ha celebrado esta mañana en la iglesia de Selaya. Su historia y la de sus vacas transcurrían tranquilamente en La Braguía hasta que un juez le embargó las reses después de un accidente. A partir de ahí Carpio se convirtió en un pasiego popular aunque su vida no cambió un ápice. Vivió como quiso vivir. Sin agua, sin luz, sin saneamiento y rodeado de sus animales. Quienes les conocieron dicen que "sus vacas se comieron su pensión" por...
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