El edificio costó 420.000 euros, 300.000 aportados por la Unión Europea, y las obras remataron en 2002, pero el Centro de Interpretación de As Gándaras de Budiño fue un fraude, nunca llegó a tener actividad y pronto se convirtió en una desolada ruina. Ayer a las dos y media de la tarde, según el atestado que levantó la Guardia Civil de O Porriño, un hombre joven murió aplastado por uno de los muros de este inmueble abandonado.
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