Cuando saltó el escándalo de los gastos de los diputados británicos, la gente del Guardian tuvo una maravillosa idea: poner todos los datos (cerca de 500.000 documentos) en una página web expresamente creada a tal efecto y dejar que fueran los lectores los que se leyesen toda la documentación y localizasen los desfalcos. Luego fueron rellenando una hoja de Google Docs que también es pública. Con tanta gente mirando, normal que saliese mierda por un tubo
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