La vulnerabilidad del sistema permite que las bandas criminales usurpen la identidad móvil de las víctimas para llamar a números de tarificación extraordinaria. Nohl sostiene que basta con un viejo móvil de hace siete años y programas de descodificación que cualquiera puede encontrar gratis en Internet. Más del 80% de los móviles que se usan en el mundo operan con la tecnología GSM. En poco tiempo hacen miles de llamadas con los teléfonos interceptados. Los usuarios no se suelen percatar de ello hasta que les llegan las abultadas facturas.
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