Si en los primeros dibujos de Mortadelo, Filemón parecía un cabezacono y las orejas tenían más en común con las ensaimadas que con apéndices humanos, en El sulfato atómico el salto cualitativo es tan impresionante que te hace dudar de la autoría. La idea de la editorial era hacer un álbum a semejanza del modelo francés para entrar en el mercado europeo; es decir, una historia larga, publicada por separado en un tomo (en otras ocasiones, las publicaban por entregas en revistas semanales o mensuales) y con un dibujo muy cuidado. Ibáñez con frecue
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