Investigadores de la Facultad de Medicina de Yale enseñaron a los animales a jugar una versión modificada del juego piedra, papel y tijera. El mono ganador, conseguía un gran contenedor de jugo como recompensa. Si había empate, el mono se llevaba una recompensa más pequeña. Si perdía, nada. Estos monos muestran su pesar por sus errores. Cada vez que un mono perdía, era más probable en la próxima ronda que utilizara el gesto ganador en la anterior, es decir, eran capaces de analizar la situación e imaginar un resultado diferente.
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