Era el año 2000. Por primera vez experimentaba algo único. Podía acceder a una tienda de música sin pisarla. La diferencia con las tiendas que ya había visitado era doble: la música no costaba dinero y no había recopilatorios de Vale Music o lo mejor del Caribe. Bueno, había muchas más diferencias, pero con eso me bastaba. Empecé a coleccionar revistas de música sin demasiado criterio para intentar ver qué estaba a la última. Cuando me enteraba, iba corriendo a descargar esas canciones, pero la magia no había hecho más que empezar...
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