Leoncio Badía Navarro sabía que algún día esas fosas se exhumarían. Quizá no se imaginó que fuera a hacerse unas ocho décadas después de aquellos asesinatos, pero llegaría el día, y llegó. Leoncio fue el enterrador de Paterna, donde se vio obligado a inhumar a unas 2.000 personas recién fusiladas por el franquismo. “Así que quieres trabajar, rojito”, le dijo el alcalde. “Pues a enterrar a los tuyos”, prosiguió. Su historia, que habla de humanidad, resistencia y sensibilidad, que habla de lo humano, se recoge en El abismo del olvido...
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