El exembajador español en Tel Aviv, Álvaro Iranzo Gutiérrez, renunció a vivir en la residencia de propiedad del Estado español en Israel a los pocos meses de su llegada. A cambio, prefirió alquilar otra residencia, a la que se trasladó con su familia y todo el personal que trabaja en esa sede diplomática. La anterior residencia fue así condenada al abandono durante cinco años y quedó en el estado que acreditan las fotografías a las que ha tenido acceso El Confidencial.
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