«Balto», el perro más querido de El Refugio (así lo confesó su presidente, Nacho Paunero), fue rescatado en abril de 2005 en Los Ángeles de San Rafael. Le habían pegado un tiro y la bala se le había quedado alojada en la zona lumbar. Sus patas traseras quedaron prácticamente inútiles. La protectora El Refugio, contraria a los sacrificios, ideó una manera de mantenerlo «en marcha», con una especie de silla de ruedas para el perro, como se puede apreciar en la fotografía superior.
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