Su música es arriesgada, vanguardista. Reivindicaba el idioma, pero sin sacralizarlo. Jugaba con el euskara como nadie se ha atrevido. Onomatopeyas, palabras inventadas, rimas sin sentido, acordes imposibles y letras de una musicalidad extrema, en un juego constante de escalas (o una ausencia absoluta de ellas) que sigue sonando actual aunque se grabaran hace cuatro décadas.
|
etiquetas: mikel , laboa , musica , vasca , euskadi , euskera