Ella ni se enteró. Su marido, que estaba en Washington, preocupado por la caída de su popularidad en las encuestas y tratando de sortear indemne el espinoso asunto de la mezquita en el solar de las antiguas Torres Gemelas, tampoco. Pero en la Costa del Sol lo tienen claro: Michelle Obama se bañó en cálido Mediterráneo español gracias a un permiso para asar sardinas.
|
etiquetas: michelle obama , marbella , gente