Bastaron unas actas de la Fed que mostraron poco entusiasmo por los estímulos monetarios para que el Nikkei se hundiera un estrepitoso 7% y los números rojos se extendieran a Europa. La divergencia entre economía real y ficticia confirma que la bonanza de los mercados tiene la firmeza de un castillo de naipes.Las bolsas están repuntando en lo que va de año y los diferenciales se estrechan, aunque todo está montado sobre la liquidez a espuertas de los bancos centrales, especialmente del Banco de Japón y la Reserva Federal. Una droga dura que los
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