A pocas horas de celebrarse una boda, el responsable de la empresa de catering envió un correo electrónico a la novia fingiendo que él y su hijo habían fallecido para no servir un banquete que ya habían cobrado, una mentira que la Justicia reconoce pero que no castiga al no considerarla una estafa. Porque pese a faltar a la verdad y no prestar el servicio de catering ni devolver el dinero a los novios, la Audiencia Provincial de Madrid les absuelve en una sentencia de un delito de estafa.
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