En un artículo de El País se plantea que el bipartidismo es la causa de la corrupción. El argumento es que los votantes no controlarían la corrupción electoralmente porque, a diferencia de Alemania, no existe una proporcionalidad perfecta en la representación que permita optar por elegir a otras opciones políticas cercanas. Pese a que el argumento suena relativamente plausible, lo cierto es que va en contra de casi todos los estudios comparados que tenemos sobre el tema.
|
etiquetas: bipartidismo , corrupción , sistema electoral