Un menor, de 17 años, con domicilio en Ames (A Coruña), denunció en el cuartel de la Guardia Civil de Verín que había abandonado el domicilio de sus padres porque estos le dieron algún tipo de bebida, con la que se quedó profundamente dormido, y después le quemaron unos tatuajes que tenía en los antebrazos. El joven, según pudo saber este periódico, presentaba quemaduras en las zonas tatuadas, de las que fue atendido en el Hospital de Verín.
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