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Menéame y la desobediencia

No me extenderé mucho porque la idea es bastante simple.

He pasado un tiempo fuera. He regresado con otro nombre, y obervo que los meneantes se han hecho partidarios de la obediencia, adictos a la denuncia y amigos de la delación.

Alucino.

En este sitio, la desobediencia era una especie de religión. La desobediencia civil, la lucha callejera, la resistencia contra la autoridad y contra la opresión, la necesidad de mantener una sociedad civil capaz de enfrentar y cuestionar las decisiones de los poderosos.

Y de repente, no leo más que comentarios pidiendo más multas, más mano dura, más poder para los policías y los guardias civiles, más mano ancha para su arbitrariedad, más recursos para la represión, más cámaras, más líneas telefónicas donde señalar al otro.

¿Qué ha pasado?

Lo pregunto muy en serio. ¿Es porque gobierna la izquierda y pensamos que ahora los maderos están de nuestra parte? ¿O es que el miedo nos ha convertido en aquellos sanchopanzistas que tanto asco nos daban?

¿Protestar se ha vuelto facha? No me jodais...